Ha habido un caos en la oficina tutora. Alumnos que se dejan venir cual kamikazes contra el director de tesis amenazando con enfermarse, convulsionarse o morirse si el o la tutora no los inscribe alavozdeya para defender la tesis "¡cuanto antes!". En esos casos no hay más que hacerse a un lado y dejar que el torbellino pase y se disuelva, poner los puntos sobre las íes y aclarar que una no es aquélla o aquél, y que una sabe esperar y que es mejor que todo salga bien, "bordado", como dice mi tutora y víctima de esos desplantes que ya os digo. De cualquier manera, los trámites tardan lo suyo, eso es inamovible. Lo único que puedo hacer es revisar la tesis con calma y sin agobio. Como ya había dicho, defenderé a fines de septiembre, y si todo se complica, a principios de octubre, aunque la tesis esté terminada con dos meses de antelación.
Retomo: hoy estuve ahí hasta las tantas de la tarde sacando currículos del ordenador de mi tutora (me sentía un poco cortada por andar buceando entre sus archivos para hallar los perfiles), rellenando formas, comentando con ella la tesis y, al final, hemos acordado que todo se defenderá en el momento en que tenga que ser, y yo estoy completamente de acuerdo, faltaba más. No más prisas que no nos corresponden. Que habrá que hacerlo algún día, pues claro. No quiero pensar en que esto se alargará más de lo justo. Quiero ser justa y recibir justicia. No digo más.
Hoy, en este momento, me voy a sesión de bikram yoga a sacar impurezas, a depurar un organismo que se ha salido del crudiveganismo, que está un tanto tieso y alterado, a recomenzar, a sudar lo negativo, a reconstituirse.
Nos vemos pronto.
Námaste.