domingo, 23 de septiembre de 2012

Por Bélgica, Bretaña, Normandía, Luxemburgo, Alemania y Holanda.


De vuelta de un, casi, tour de force por Bélgica, Normandía, Bretaña, Luxemburgo, Alemania y Holanda, veo que es la primera vez en muchos años que he disfrutado tanto un viaje. He conducido como posesa el auto alquilado por aquellas regiones, con una energía y unas ganas de caminar y aprehender todo cuanto he recorrido que me he quedado sorprendida de mis -ahora concluyo- ansias por vivir y recuperar el tiempo ¿perdido? mientras escribía la tesis. Tuve la certeza de haber olvidado lo que era tener contacto directo con el mundo exterior, o tal vez sea el hecho de haber salido de este país e ir a otros en los que se palpa el cosmopolitismo, la diversidad, la creatividad y libertad. Ya había olvidado lo que es saludar y que le respondan a uno con un saludo grato, amable, sin gruñir. Había olvidado lo que es paladear un buen vino, masticar unos ricos moules o mirar un atardecer en una tierra que no es la de uno. En aquellas latitudes la sonrisa está a flor de piel. O será que todo lo estoy viendo con el cristal de un trabajo largo al fin concluido.
Doy gracias a mi pais por haberme orillado a ser extranjera.

(Este es un post borrador relativo a mis vacaciones de verano, el cual no pude insertar en la fecha correspondiente)

Cerca

 
Foto: Vivian Maier


Ya está. Después de una semana intensa de papeleo en la oficina del Departamento, mañana entrego la tesis en un CD más una buena cantidad de documentos con las firmas de todos los personajes que han tomado, toman y tomarán parte en la defensa de la tesis.
Estos días mi vida ha sido un ir y venir y un "Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero porque no muero.", como señala San Juan de la Cruz.
Ha sido un tiempo lleno de luz y sombras, de tranquilidad y angustia, de noches de insomnio en las que me he levantado ya sea a leer, a meditar o a estar en la oscuridad hasta que el sueño llegaba de nuevo. En este momento estoy terminando de revisar por enésima vez los folios de la tesis. Se han movido algunos capítulos, los márgenes de las notas a pie se han desplazado y la tesis se ha reducido al acomodar su contenido; no obstante, mi directora ha estado contenta con el trabajo, diligente y solícita para terminar los trámites para su inscripción en Secretaría.
¿Qué más puedo decir? Me siento muy cansada. He reflexionado mucho sobre lo que haré en el futuro. Aún no lo sé. El motivo de hacer la tesis no era convertirme en catedrática y ocupar un puesto en alguna universidad, aunque ahora la pasión por la investigación me hace replantearme de nuevo mi vida, desear quedarme sentada en un sillón, leer, escribir, viajar a esos mundos que se desplegaron mientras indagaba en el tema.
Solo puedo dar las gracias al Cosmos por haberse configurado de tal manera que yo pudiera hacer lo que hice.
Trataré de escribir aquí pronto.



 

lunes, 6 de agosto de 2012

Calor, frío, dolor, placer.



Parecerá increíble, pero cuando hay ayuda doméstica en casa, uno se siente poderoso, un mito, capaz de llevar a cabo grandes proyectos como el de la tesis. Sin L no hubiera hecho casi nada, y ahora que L de Rumania ha emigrado a Canadá -porque aquí hay no hay trabajo, ha dicho- me encuentro ahogada en calor y carente de tiempo. Ahora ha llegado M de Marruecos, chica joven, robusta, a la que comienzo a necesitar y con la que inicio una estabilidad que todos estos días me ha hecho falta.

Vuelvo a mis senderos. Retomo el blog casi cuando salgo a vacaciones. Antes de ayer he terminado con calma las conclusiones. ¿Y que concluye uno después de tamaño viaje? Que en el viaje se han encontrado especímenes que no se esperaba encontrar, pero que se intuían, veredas señaladas cuyo tránsito es posible, conceptos al parecer conocidos, trillados o tal vez caducos que no lo son.

Por otra parte, mi mente ha estado a punto de colapsar al verse de pronto sin ese gran proyecto, sin esa gran misión, sin ese gran viaje que fue la tesis. El reto era disfrutar el camino y aprender de memoria muchos conceptos y cosas a los que creí que no les había dedicado tiempo y que por eso los desconocía; todo era cuestión ‘de ponerse’, como dicen por aquí. Ahora veo que los datos concisos sobre obras o autores los tengo arraigados y esparcidos en alguna parte muy profunda de mí. En cambio los conceptos los he entendido y los barajo en mi cabeza ya como parte de mí, pues ya me pertenecen, estoy hecha a ellos.

La vida desde este escritorio, desde esta casa, desde este país, ya es distinta, distinto el aire, la tierra, aquel árbol, yo misma; eso es, tal vez la que ha cambiado soy yo. Mi misión fue permanecer fiel a lo que yo era en el momento de estar sentada en comunión con el silencio y con la tesis, creo que ningún apego me encadenó a la no acción; serví y fui servida. La tesis y yo no nos debemos nada. Si acaso deba yo servirla un poco más de ahora en adelante. O no. Creo que no. Ahora es primordial dejar que se asiente sin miedo a perderla, a perderme.
Leyendo un diario de viaje encontré entre sus páginas unas palabras de aliento para la batalla que se conocen como el Bhagavad-Gita, y que plasma muy bien el sacerdocio que la tesis y que muchas otras empresas en apariencia exigen:


Calor, frío, dolor, placer…
todo brota del contacto sensual, Arjuna.
Empiezan y terminan.
Existen sólo en el momento.
Debes aprender a soportarlos.
El hombre a quien éstos no pueden distraer,
el hombre que se mantiene firme ante el dolor y el placer
es el hombre que logra serenidad.
 
Lo falso siempre es falso,
lo verdadero siempre es verdadero.
Los que conocen la Verdad lo saben.
Y el ser que impregna todas las cosas es imperecedero.
Nada corrompe al ser imperecedero.
 
Afortunados los soldados que se esfuerzan en una guerra
justa, ellos entrarán fácilmente en el Paraíso.

Compara dolor y placer, ganancia y pérdida, 
victoria y derrota.
Y lucha.
De esta forma la culpa no existe.
En esto, no hay desperdicio de un trabajo a medio hacer,
ni resultados contradictorios.
Una pizca de esto elimina un mundo de temor.
En esto, sólo hay auténtica coherencia.
Mientras, los esfuerzos de los confundidos se dividen en
múltiples ramas y se llenan de contradicciones.
 
Tu deber es trabajar, no cosechar los frutos del trabajo…
 
El desear engendra el apego,
del apego nace la codicia,
y de la codicia, la ira.
La ira conduce a la confusión
y la confusión mata el poder de la memoria.
Con la destrucción de la memoria,
tus elecciones son imposibles
y, cuando la elección moral falta, el hombre se destruye.
 
La mente es un mono con los sentidos embotados;
destruye el discernimiento como una tormenta agita
las barcas de un lago.


En fin. Me voy de viaje con la tranquilidad de que el paso final, al menos al que a mi corresponde, está dado. Ya solo falta redactar la presentación de la tesis. Espero que al regreso tenga la memoria despejada y pueda ponerme a ello.

miércoles, 20 de junio de 2012

Ausencias


Anónimo

Hoy, cita tutora. Se hacen 'correcciones' que no son tal, pues no están fundadas. Con tiento defiendo, señalo, muestro el error. Acepta y aclara que es para mejorar. A mi vez, acepto.
Al parecer hay una especie de sadismo, costumbre de demorar el fin, el desprendimiento y posterior alejamiento; y yo, pasmada. Me pregunto si no se podría ser un tanto adulto en esta clase de relaciones que al final resultan de poder insobornable.
No importa. Sigo adelante.
Mañana, cabello, impresión de fotos, lecturas visuales y textuales de fotografía, preparación de material, plancha.
Serán cuatro días duros, así es que debo dejar todo preparado para que ellos, los míos, vivan sin peso mi ausencia.
¿Y quién me ha dicho que soy tan indispensable?
Vuelvo.

domingo, 17 de junio de 2012

Escribir con luz

Foto: Vivian Maier

Retocando la tesis con parsimonia. No me apura nada. Nada me detiene ni me acongoja, si acaso el compromiso que comienza el 22 en el que tomaré durante cuatro días un workshop megaintensivo con un grande de la agencia Magnum.
Ahora, quiero liberarme del pendiente de los arreglos a la tesis, que son pocos. Voy por la página 80, pero lo que resta es casi nada. No hay prisa.

Ya estoy inmersa en la fotografía. Mi vida gira en torno a la cámara, a teoría y técnica fotográfica. Leo a Barthes, Sontag; miro a Vivian Maier, Francesca Goodman, Elinor Carucci, Tracy Baram, entre otros. Autorretrato y retrato es lo que me ocupa. De alguna manera, el darme cuenta de que el tiempo es el aliado de la fotografía, es lo que me hace invertir el tiempo que sea necesario en todo lo que se me va presentado. Tiempo agua; luz que se va.

Nada más que decir, de momento.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Námaste



Ha habido un caos en la oficina tutora. Alumnos que se dejan venir cual kamikazes contra el director de tesis amenazando con enfermarse, convulsionarse o morirse si el o la tutora no los inscribe alavozdeya para defender la tesis "¡cuanto antes!". En esos casos no hay más que hacerse a un lado y dejar que el torbellino pase y se disuelva, poner los puntos sobre las íes y aclarar que una no es aquélla o aquél, y que una sabe esperar y que es mejor que todo salga bien, "bordado", como dice mi tutora y víctima de esos desplantes que ya os digo. De cualquier manera, los trámites tardan lo suyo, eso es inamovible. Lo único que puedo hacer es revisar la tesis con calma y sin agobio. Como ya había dicho, defenderé a fines de septiembre, y si todo se complica, a principios de octubre, aunque la tesis esté terminada con dos meses de antelación.

Retomo: hoy estuve ahí hasta las tantas de la tarde sacando currículos del ordenador de mi tutora (me sentía un poco cortada por andar buceando entre sus archivos para hallar los perfiles), rellenando formas, comentando con ella la tesis y, al final, hemos acordado que todo se defenderá en el momento en que tenga que ser, y yo estoy completamente de acuerdo, faltaba más. No más prisas que no nos corresponden. Que habrá que hacerlo algún día, pues claro. No quiero pensar en que esto se alargará más de lo justo. Quiero ser justa y recibir justicia. No digo más.
Hoy, en este momento, me voy a sesión de bikram yoga a sacar impurezas, a depurar un organismo que se ha salido del crudiveganismo, que está un tanto tieso y alterado, a recomenzar, a sudar lo negativo, a reconstituirse.
Nos vemos pronto.
Námaste.

lunes, 21 de mayo de 2012

Recapacitar

Hoy es un día espléndido. Amaneció nublado y fresco, las calles están húmedas.
Lamento mucho haber escrito ayer una entrada tan negativa. En este momento sé que ayer estaba físicamente cansada al haber lidiado con asuntos que nada tenían que ver con mi apreciada tesis.
Estoy sentada frente a un ventanal de la bibloteca B de filología, es mi lugar secreto, preferido; por fortuna siempre está libre.
Estoy a la mitad de la redacción de mis conclusiones. He tenido que huir de casa para poder concentrarme y escribirlas.
Reitero: amo mi tesis. La amo de verdad. Retiro lo dicho ayer. No más lamentos. Todo está bien.
Dejo aquí un enlace para recordar cómo se respira de bien mientras se trabaja en una tesis:
http://www.cabinas.net/monografias/tesis/ideas_para_hacer_una_tesis.asp

Suerte para mi. Energía a tutiplen para todos.

domingo, 20 de mayo de 2012

"Yo no lo sé de cierto"



Foto: Elinor Carucci

He llegado al punto de no querer saber cómo expresar mi hartazgo.
Llego aquí, al blog, con un impulso motivado por la postergación, procrastinación. Sí. No me apetece NADA, pero na-da ponerme a redactar nuevas conclusiones; las anteriores fueron a dar a la introducción. ¿Seré capaz, tendré la entereza, rectitud y disciplina para redactarlas? La habilidad y fuerza mental y física se miden aquí, al final de la meta.
De lo que sí estoy segura es que ya quiero salir de aquí,,,
Hoy por la noche, en media hora, aproximadamente, me sentaré a redactarlas para terminar el martes o mañana, si bien me va. Ya no quiero invertir más tiempo. Pienso que esto no es lo mío, ni aquello y lo de más allá, en conclusión, no quiero hacer nada, ni pensar nada, ni sentir nada. Me siento profundamente agotada. Sí, ya sé que lo que repetido hasta el hartazgo, pero así lo siento. Mis ojos, mis lumbares, mis rodillas, pero más mis ojos, se me caen.
Mi hijo me dijo que creía que yo había dimensionado el tema de la tesis, en otras palabras, que últimamente había exagerado sus consecuencias sobre mi persona. No es así. Aunque a veces dudo; tal vez me he dejado influenciar por los comentarios negativos de otros doctorandos. ¿Y los que no han comentado nada? Yo los he visto cómo han estado de agobiados, sí...
Viéndolo bien, este blog es una invitación a la queja; como decía un poeta: "yo no lo sé de cierto, pero supongo".
En teoría, mañana lunes mi tutora enviará la tesis corregida a mi buzón. Si esto es así, haré las correcciones -que serán pocas, seguro, puesto que ya ha sido corregida en cada cita que hemos tenido- rapidísimo para seguir con el trámite necesario y terminar de una buena vez.
Ay, qué martirio, dios mio.
Poema de la suposición y tesis o amores que matan:

Yo no lo sé de cierto

Yo no lo sé de cierto, pero supongo
que una mujer y un hombre
un día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.

Todo se hace en silencio. Como
se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.
Cualquier día despiertan, sobre brazos;
piensan entonces que lo saben todo.
Se ven desnudos y lo saben todo.
(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.)

Jaime Sabines

miércoles, 9 de mayo de 2012

Descansandoesperando...


Foto: Michael G. Magin

Ayer envié la tesis para su revisión final. Aún no ha abierto el archivo, dijo mi ddt.

Más que descansando, como me sugirió, estoy es-pe-ran-do; pero de relajarme: nada.

domingo, 6 de mayo de 2012

Brillos

Todo brilla en esta tierra. Hoy ha llovido, y aunque no es marzo, huele a marzo, a tierra mojada, a árboles revedeciendo. Cómo me gusta el olor del ozono.




Ya era madrugada cuando tuve que parar de trabajar la bibliografía. Mi espalda estaba agarrotada, hecha un nudo. Hace una hora he terminado de vaciar la nueva lista de libros en el archivo que ya tenía ordenado, el antiguo, el del DEA.

23:57 pm. Me dispongo a reescribir la introducción, añadir las conclusiones a la introducción y redactar unas nuevas conclusiones.
El estado de mi atención: indiferente. Me siento tranquila. Más que tranquila, impasible.

Sé que no hay nada más que hacer, o al menos no se puede hacer tanto en un solo día, esto es, hasta el martes. La tesis ya está lista para su revisión como un todo, pues hemos ido revisando capítulo a capítulo. 

Estoy preparada para el enfrentamiento final, que será cuando sepa qué hay que quitar y qué añadir, finalmente, y así dar por conlcuido ese trabajo.

Todo brilla.


miércoles, 2 de mayo de 2012

¿Y abril?

Añadiendo, más que corrigiendo.
No paro. Desde que amanece, hasta que oscurece.
Qué cosa más sencilla.
Una referencia por aquí, una valijita con dos autores y sus obras por allá.
Así, quién no...
Tengo el apoyo de los míos.

I'm in love with the thesis.

La fecha se acerca.

¡¿A dónde se fue abril?!



 

miércoles, 25 de abril de 2012

Poquito a poco



Pokito a poko. Chambao.

Aunque ahogada. Bajo papeles. Así estoy. Me puse a buscar una foto que ilustrara mi estado, y al encontrar solo fotos dramáticas, de ahogados, pura violencia, y como en estos momentos siento que no puedo ver ni una escena de muerte, desgracia o algo parecido, pues no he elegido nada. Así es que mejor no ilustro esta entrada. Me declaro incapaz. Pero sí un vídeo, que es un himno al esfuerzo.
Estoy terminando capítulos. Hoy he hablado con mi tutora sobre el día de entrega de tesis, y al parecer no hay prisa; 'a disfrutar', me ha dicho. Yo no supe qué responderle. Más bien me quedé callada porque intuí que si refutaba me iba a meter en problemas. La considero. Ella también está hasta el tope de trabajo. La verdad es que no tengo nada qué reclamarle. Se ha portado estupendamente.
Sigo con mi monserga de la tesis, al menos hasta el 8 de mayo, que es cuando entregaré mi borrador final. Y entonces a esperar su lectura y un comentario para hacer las correcciones finales y pertinentes. Mientras tanto, hay mucho qué hacer en ella.
Eso sí, defenderé en septiembre.
Au revoir.

domingo, 22 de abril de 2012

Trabajando, que es gerundio



Estoy trabajando. Concluyo capítulos, añado mil y un datos que andan sueltos. Aunque antes he tenido días bajos, de falta de concentración y energía. Me ha atacado un TOC en forma de chequeo constante de correo, mucho sueño, falta de concentración, insomnio; repasar una y otra vez líneas de libros sin entender casi nada; lecturas que no tienen que ver cien por ciento con la tesis, ¿o sí? Miedo a conducir,, distraerme mientras lo hago y hacerle daño a mi hijo; apetito, mucho apetito. Para contrarrestar he aplicado la concentración: visualización de una escena agradable, atención a algún sonido específico para detener mis pensamientos que vuelan desbocados; me he apuntado de nuevo al gimnasio; recapacitar sobre mis prioridades que, aunque suena bien, no las tengo muy claras, excepto tener una buena convivencia con mi señor marido y con mis hijos a quienes amo; excluirme temporalmente de mi mundo silencioso y solitario, y navegar por la vertiente mundana hasta que el viento tempestuoso amaine.
Hoy fuimos a un bufette japonés que nos gusta; él y yo, solos. Ayer vimos una película con Penélope Cruz, No te muevas, escrita y dirigida por Sergio Castellitto, y me doy cuenta de que no tengo la disposición para ver ese tipo de dramas; para ningún drama tengo disposición, pues hoy, entre otras cosas que me han sucedido en el transcurso del tiempo en que no he escrito en este blog, se le desprendió un colmillo a Oliva, la mascota, y me alejé de ella, con angustia, para no ver el colmillo colgando de su hocico y la sangre fluyendo por los bordes de sus encías. La perrita no lloraba, pero yo no he podido soportar la escena. En la semana tomé una cerveza y una copa de vino de Oporto.
Sigo trabajando.

sábado, 14 de abril de 2012

Cóctel

Imagen: The Matcha House Europe


No es tan sencillo. Después de la euforia, toca beber del vaso. El contendio del vaso es la escritura de la tesis. Sí, escribí que todo había concluido, pero los finales tienen sus matices, y uno de ellos son las notas que hay que añadir al todo. Y aquí estoy. A mi derecha, un vaso de cerámica de manufactura japonesa guarda los posos de matcha; es un té verde sin fermentar, molido, que se usaba en los monasterios budistas. Me gusta servir la medida precisa y añadir agua que previamente hiervo en la jarra eléctrica. El matcha es la concentración más alta que se puede adquirir del té verde. Se afirma que es el mejor té verde del mundo. He visto rituales en los que se utiliza una cuchara especial y una escobetilla para hacer espuma. Es un acto en el que se palpa la vida, en el que se profundiza en el momento a través de los movimientos concisos, lentos, meditados. Y no tomaré más té por el momento. No más.
Creí que que todo iba a fluir como nunca, y no.
En este preciso instante se concreta ante mi el vaso que mencionaba al principio. Es un vaso lleno de agua con arena. Lo agito. No dejo de agitar, y lo bebo y termino de varios tragos. Eso es lo que estoy haciendo ahora. Siento la arena atragantada y un sabor salado en la boca.
Hoy sólo he podido leer estudios sobre el folklore, incluyendo el mío que es un pelín breve. Está bien. No lo hice tan mal, solo que faltan datos. Estoy en ello. Prometo no estancarme demasiado.
La noche es larga. Pero me siento acompañada.

viernes, 13 de abril de 2012

Yo les diría que...



Esta entrada es muy muy especial para mí porque
¡¡¡¡HE TERMINADOOOOOOOO LA TESISSSSSSSSS!!!!
Ya no tengo ninguna responsabilidad con mi tutora, lo cual significa que a partir de este momento podría dejar la tesis como está y estaría bien. Sin embargo, sé que me falta un tramo pequeño por recorrer, que el resto es añadir unas cosillas por aquí, otras por allá, limpiar las notas a pie de página, unir todos los apartados y ¡es todo! Podré ir al congreso en octubre. Defenderé en septiembre. En quince días espero haber terminado todo para que mi directora sólo revise las notas a pie; no temo a esto porque he sido cuidadosa y creo que no habrá mucho qué corregir. Ya quiero que avalen mi tesis, imprimirla, defenderla al fin y estar en paz.
Me siento libre libre libre libre libre. Esto: esto es la felicidad. Soy, en estos momentos, una mujer agradecida con mi cuerpo que ha soportado todo y con aquella energía que nos levanta y nos lleva a realizar aquello que queremos.
Ayyyy, qué bonitoo. Cómo me gustaría bailar en este momento. Lo primero que me viene a la mente es un cuento, Tango, de Luisa Valenzuela, un texto sonoro, que si tuviera música de fondo sería el súmmum de la perfección, pero como no existe tal, encontré esto que no obstante lo asimila:


Y después. Y después...

domingo, 8 de abril de 2012

Las diez cosas que un doctorando debe saber

            Imagen azores | Islas Azores | Portugal


He vuelto de unas vacaciones. Estar en medio del Atlántico tiene sus cosas buenas, como creer que uno está en los restos de la Atlántida o en la tierra de Neptuno o en el paraíso de los pterodáctilos. Y es así. Esas islas hacen sentir que todo puede terminar en cualquier momento, que el mar se puede levantar y borrar las trazas de arena de un plumazo o que los volcanes pueden desperezarse y fundir toda la vida que hay en ellas o que las ballenas podrían atracar una tarde, todas juntas, en las playas negras. El Atlántico es la zona de los doctorandos. Región cambiante, frágil, solitaria, minúscula, liviana, inestable, nada, puro archipiélago de nervios. Subía a la cima de una montaña, veía cómo el campo se extendía hacia abajo y a lo lejos y una nube densa traspasaba mi cuerpo, y me acometía una temblorina, una asfixia, una sensación de muerte inminente que me daban ganas de arrodillarme y morir antes de que todo lo anterior aconteciera. Ahora que lo recuerdo sonrío ante esa imagen de mi misma. Claro, todo cambia cuando ya estoy instalada en la supuesta seguridad de mi sillón giratorio.
Pero no todo es fragilidad. Hace no mucho tiempo, justo cuando me di cuenta de que faltaba poco para terminar la tesis, encontré la gloria resumida en diez puntos que me hicieron más feliz de lo que era en aquel momento, y los cuales comparto.

Terminar el Doctorado: las diez cosas que debe saber.
Por Kat Arney.

1. ¡Ha escrito un libro!

¿Genial, no? Ya tiene un libro gordo maravilloso en su estantería con su nombre en el lomo. Puede enseñarlo en las fiestas, llevarlo a las entrevistas de trabajo y, si ha sido excepcionalmente productivo, hasta utilizarlo para prensar flores. Una advertencia, sin embargo: le aconsejo que nunca jamás vuelva a leer su tesis, ya que, pasados unos seis meses, se transforma en el equivalente científico de sus primeras libretas de la escuela. Cada errata le salta a la vista y se da cuenta de que su agudísima lógica nocturna, avivada por la cafeína, tiene casi tanto sentido como una película danesa de cine de arte y ensayo.


2. Estrenar el título de Doctor

El día después de la defensa de mi tesis, tuve que llamar a una empresa para pedir cierta información. Me pidieron mi nombre y, a continuación, llegó la pregunta inevitable: "¿Señor o señora?". "¡DOCTORA!", chillé. Es una sensación única. Escribir "Dra." por primera vez en la correspondencia, y cambiar la firma de los correos electrónicos, también es una excelente fuente de emociones baratas, por lo menos durante unos días.

3. Cambiar sus tarjetas bancarias lo antes que humanamente pueda

En una vena semejante, hay algo muy "oficial", y profundamente satisfactorio, en el acto de poder ver esas dos o tres letritas delante de su nombre cuando muestra su tarjeta de crédito en el supermercado o en un restaurante. Un amigo mío, muy confiado, fue al banco y cambió todas sus tarjetas la mañana después de la defensa de su tesis. Yo fui un poco más timorata y esperé hasta que se hubieron aceptado mis correcciones. Simplemente asegúrese de que lo hace, antes o después; de otro modo, no tendrá peso cuando desee abusar de su posición, tal y como se describe en el siguiente apartado.

4. Más respeto por parte de los servicios de atención al cliente

No saben que usted no es un "doctor", en el sentido tradicional de la palabra (esto es, no es un profesional de la medicina), pero es alucinante el nivel extra de atención al cliente que se obtiene en algunos casos cuando se posee el mencionado título. Entre las situaciones favorables en las que echar mano del "Dr. / Dra." se incluirían todo tipo de negociaciones con empresas de bienes de consumo, agentes de viajes y hoteles. Curiosamente, mi pareja, un verdadero doctor de sangre y tripas, nunca viaja bajo su prefijo profesional. Y ello por si se da la circunstancia de que necesiten genuinamente de su intervención cuando cruza el Atlántico. Otras situaciones en las que no le saldría beneficiosa la utilización del título de Doctor incluirían cualquier tipo de trato o negocio con agentes comerciales, fontaneros, electricistas y otros profesionales de este estilo. Créame: le cobrarán el doble.

5. La envidia de sus colegas

¡Ahora la venganza es suya! Mientras que todos sus trajeados colegas se pavoneaban en sus primeros puestos de trabajo y ganaban muchísimo dinero, usted se arrastraba por el laboratorio en vaqueros y camiseta, lidiando con los más oscuros secretos de la naturaleza. Sin embargo, ahora, tres años más tarde, usted puede llamarse Doctor, mientras que ellos sólo acaban de deshacerse de la etiqueta de "empleado en prácticas". ¿Tienen envidia? Por supuesto, ¡incluso los que no lo admitan! Simplemente trate de no pensar demasiado en cuánto más dinero tienen éstos en comparación con usted, ni en por qué todos viven en confortables apartamentos mientras que usted sigue compartiendo casa con esa chica rara que nunca friega los platos y con ese tipo que cubre su ventana con papel de aluminio.

6. Su madre estará encantada

Puede que no tenga ni la más remota idea de a qué se dedica ("¿Entonces todos los animales tienen ADN, cariño?") pero estará más que radiante cuando usted por fin consiga esas dos o tres letritas y coloque ese pesado volumen en su estantería. Esto es aplicable al resto de su familia, que probablemente también se sienta ligeramente aliviada ante el cese de traumas, rabietas e historias deprimentes de experimentos fallidos. También incluímos aquí el gozo del día de la graduación, cuando tiene la oportunidad de ponerse una toga infestada de bichitos y de vanagloriarse de un lado a otro con aspecto académico, y así consigue que sus padres se encarguen de pagar la comida.

7. Puede pasar a ser investigador posdoctoral...

Un mundo místico de secretos apretones de manos, suspiros de cansancio y la emoción de un salario "adecuado" le esperan al otro lado de la defensa de su tesis. El terror asfixiante de "¡Ayuda! Nunca voy a conseguir mi Doctorado" que siente cada mañana cuando se levanta, es sustituido por un "¡Ayuda! Nunca lograré escribir un trabajo de investigación a partir de esto". La otra cosa buena de ser un investigador posdoctoral es que, tras cambiarse de laboratorio, todos los estudiantes de posgrado nuevos le consideran, de repente, la piedra filosofal. No necesitan saber que sólo ha utilizado esa técnica dos veces a lo largo de toda su vida, ni que, de hecho, sólo le funcionó en una ocasión. Lo malo de cambiarse de laboratorio es que uno vuelve a sentirse como un estudiante novato. No sabe dónde está nada y todo se hace de forma diferente a lo que está acostumbrado. Necesita el triple de tiempo para realizar hasta el más sencillo de los experimentos porque tiene o que pedir todo el material o extraerlo de los fondos de un armario. Añádale a eso la perplejidad general que trae consigo el estar trabajando en un proyecto nuevo, posiblemente en un campo o en un sistema totalmente diferente, y comprobará como el efecto final puede ser muy desconcertante.

8. ... O puede abandonar el mundo académico, ¡por fin!

No hay nada que supere ese sentimiento liberador de que ha terminado algo con éxito y de que, ahora, puede marcharse. El periodo post-Doctorado es un momento excelente para reflexionar sobre sus puntos fuertes y realzar su curriculum, y con un Doctorado debajo del brazo verá como se le abren multitud de oportunidades. Y si solicita empleos en el sector de la industria científica, la posesión de un Doctorado le conducirá más rápidamente a una mejor posición con respecto a aquellos que optaron por no pasar por un periodo de tres o más años en el molino académico. Si la vida científica no es lo suyo, que sepa que las habilidades y el conocimiento adquiridos en el proceso de obtención del título de Doctor también le harán un candidato más atractivo en campos como la consultoría o la edición. De otro modo, si no quiere abandonar la red de seguridad de la universidad, tiene la opción de matricularse en una infinidad de cursos... Puede hacer un MBA o reconvertirse profesionalmente hacia el derecho o hacia la comunicación científica. En Next Wave tenemos artículos sobre muchas de estas salidas profesionales (véanse las diversas series monográficas).

9. Dinero, dinero, dinero

Vivimos en un mundo para ricos, y mi primer salario como investigador posdoctoral me pareció una pequeña fortuna después de vivir a base de latas de conservas durante mis siete años como estudiante. La remuneración en los sectores no académicos será, generalmente, más alta, y a menudo representará una multlipicación por varios centenares, con respecto a su estipendio estudiantil. La tentación es, por supuesto, lanzarse a la calle, comprar miles de cosas nuevas y comer salmón ahumado siete días seguidos. La otra cara de la moneda es la pérdida de los descuentos para estudiantes y el tener que comenzar a pagar sis préstamos bancarios (así que aplace las compras todo lo que pueda). Al igual que todo asalariado, se encontrará con que, finalmente, a usted también le toca pagar impuestos. ¡Ahora comprendo por qué la gente se queja tanto del gobierno!

10. Nunca tendrá que repetirlo

¡Aaaah! ¡Esto sí que es la gloria...!

En la actualidad, la tesis de Kat Arney está siendo utilizada como tope para la puerta.
 
 
 
¿A que suena hermoso...?


miércoles, 28 de marzo de 2012

Verde


                                                                Foto: Golubka
                                               

Hace casi una semana que no escribo. Es curioso: no escribo pero tampoco me quito de la mente esta bitácora. La verdad sea dicha: tengo una especie de alergia a todo lo que es tesis. Es más, no tengo ilusión por nada, solo un profundo cansancio. No tengo fuerza para ver películas, para escuchar según cuál música, para inventar platillos. Tengo medio abandonado mi crudiveganismo. Se ha roto la última batidora, no más batidos verdes como Popeye.
Cansancio al ver todo lo que me falta por hacer, sobre todo porque no tengo cien por ciento revisados todos los capítulos a los que habrá que -como lo había mencionado- añadir algunas o muchas cosas. Responsabilizo de esta situación a mi plan de que, terminados los capítulos, debo recorrer toooda mi biblioteca (y no lo digo con egocentrismo, sino con pesar) que ha aumentado lo suyo, re revisar cada libro y aprovechar los que procedan para meterlos en la tesis, esto es, en la bibliografía. Tengo muchos libros comprados en viajes especialmente para la tesis, así es que no puedo dejarlos abandonados, porque sería un crimen. Mañana daré por terminado el último capítulo. No sé cómo lo haré, pues me falta la mitad. Cuando lo termine, iré metiendo todo aquello que sé que hará falta. Es la única forma de sentir que he terminado. Si sigo alargando, posponiendo, quejándome, va a llegar el mes de mayo, y yo sin haber terminado, ja. Ni siquiera quiero imaginar cómo me sentiría.
Aunque parezca que no he hecho nada, he estado leyendo material para su análisis. Leo un poco de teoría literaria, y descanso; leo ensayo, hago una pausa y enseguida leo textos literarios y de nuevo retomo teoría literaria, y así voy, poco a poco. Aunque sí confieso que ya-no-quiero-leer-nada de nada. El lunes quedé apaleada después de las prisas y carreras para imprimir lo más impecable posible un libro de cuentos y llevarlos a la editorial antes del mediodía. Todo eso mina la poca energía que me queda. Después de eso tuve enormes deseos de dormir toda la tarde, y a la mañana siguiente me costó despertar. Pero me puse en marcha. Ya falta tan poco.
Mi voz interna me dice que tal vez estoy haciendo mucho drama de todo esto. Sé que es así. Pero se debe tomar en cuenta que en este lugar no siento nada de motivación, aunque me pregunto y me consuelo diciéndome que en cualquier parte del mundo me sentiría igual dadas las circunstancias.
La próxima semana tengo cita con mi tutora, en teoría, pues la semana que viene es feriada. Así es que nos veremos después de semana santa. Mientras tanto, me voy a unas islas atlánticas, aunque en el equipaje lleve la tesis como elemento imprescindible.
Trataré de descansar.

viernes, 23 de marzo de 2012

Mi ayudante



No os había presentado a mi ayudante.


Julio Cortázar también tuvo un acompañante en Estación de la mano.

miércoles, 21 de marzo de 2012

En el silencio

Todo bien. Presenté el final del penúltimo capítulo y la introducción del primero.
Fue la primera vez que me explayé un poco con mi tutora, y fue solo para confirmar lo mucho que me gusta mi tema. Hablamos también de la saturación que conlleva leer tanto y a tantos en tan pocos años y del tiempo que tarda en sedimentar todo aquello; de los olvidos; de autores que nos parecen escatológicos. Me cae muy bien mi tutora.
Terminada la primera parte del último capítulo, ya solo falta acometer los textos que habrá que analizar. El tema es abundante, así es que sólo me preocuparé por utilizar la técnica del spps: sin prisa pero sin pausa; tomar las riendas de tamaña información y acomodarla para conformar un todo literario.
En este momento haré las correcciones que ella recomendó.
Por la noche, en el silencio de casa, la luz emerge. 

martes, 20 de marzo de 2012

Sin miedo

22:30. Diez folios. Confirmado. Mañana veo a mi tutora.
Me está gustando este último apartado.
La endodoncia molestó cuando llegué a casa, detuve el dolor con un nolotyl y un ibuprofeno. Siento mucha tranquilidad.
No hay cansancio.
Quisiera llevar los veinte folios o más.
Me tranquiliza verla.
Me siento querida.
Amo a los que me rodean.
Estoy, lo que se dice, feliz.
En este punto sé cómo debo escribir mis ensayos. Lo más importante es ser uno mismo, ocuparse, verter en el folio todo aquello que a uno le produce un cuestionamiento. No quedarse con deseos de nada. Aprovechar la tesis. Pero me interesan tantos puntos que será imposible incluirlos, so riesgo de editar un tocho gigante, y eso no creo que sea buena idea. Imprimir y encuadernar una tesis extensa cuesta ya una pasta, aunque eso no importe ahora; tanto tiempo invertido, que al final creo vale la pena hacerlo.
Quiero, mejor, aplicar mi energía en buscar la publicación de mi tesis como un libro.
Me siento animada.
Cada vez más liberada.
Sin miedo.




domingo, 18 de marzo de 2012

Fuga




Contra todo pronóstico, terminé el penúltimo apartado. Según mis cálculos, podría parar en este momento, aumentar los que ya están escritos, redondearlos aún más, y dar por terminada la tesis. Pero no, me doy cuenta de que en realidad puedo seguir trabajando más y no terminar nunca. Así es que ya solo me falta uno. Un capítulo.

Siento que mi voluntad ya está en otra parte; me cuesta domarla. Ni siquiera creo tener un motivo ingente para continuar.

El tiempo se me va en soñar en lo que voy a hacer cuando entregue la tesis. Hasta me siento feliz. Y enseguida me corrijo, pongo los pies sobre la tierra y visualizo los veinte folios, mínimo, que aún tengo por delante, y me viene una especie de angustia, lloriqueo, pánico, desazón.

Quisiera que alguien me ayudara a escribir ese último capítulo.

Quisiera tener en mi cerebro el contenido de los quiénsabeyacuántos libros leídos.

Quisiera especializarme en Juan Rulfo, memorizar todos los ensayos que hay por ahí escritos. Sé que dos de los más importantes teóricos de Rulfo podrían estar (estarán) en la mesa del jurado en la defensa de la tesis. Me siento aterrada.

Comencé a escribir los agradecimientos para ese gran día. Pero aún me falta el último capítulo. Aún tengo que leer una bibliografía sustanciosa para poder armarlo.

Estos últimos días ha surgido en mí un nuevo sentimiento: que mi vida se está fugando por alguna parte, que lo que estoy haciendo podría haber concluido desde hace mucho tiempo. Que debo parar YA.

Me urge cambiar de actividad, dedicarme a otra cosa que no sea estar sentada viendo pasar la vida a través de una pantalla de ordenador. Por fortuna, aún tengo amigos.

Quiero colgarme al cuello una cámara y una mochila en la espalda, y tirarme a caminar, a caminar, a caminar hasta donde el cuerpo aguante. Recuperar la vida que se fue. Bucear en el tiempo y encontrar a mis hijos tal y como los dejé hace cinco años y reír y bailar con ellos, y cocinarles y amarlos en su edad.




Hoy cumplo años. Estoy nostálgica.

jueves, 15 de marzo de 2012

Hibernando

El nervio de una muela ha colapsado, tengo una "señora infección", ha dicho el dentista. El antibiótico y anti inflamatorio me tienen en jaque, con sueño, cansada, con deseos de reposo. Hoy estuve cuatro horas en la biblioteca y volví a casa; el malestar me impedía concentrarme. Sólo escribí dos páginas, no más. Hoy me respondió mi tutora, nos veremos la próxima semana; medio prometí llevar el último capítulo terminado, no sé si lo liquidaré.
El martes, la endodoncia; el miércoles, mi tutora; y yo, tratando de concluir el penúltimo capítulo que se ha alargado más de lo esperado.

Bataille, Lacan, Freud, Durand, son los señorones que han estado conmigo todo este tiempo. Unos tipazos a los que les digo: Perdonen, señores, pero no he podido leer toda su obra, como se merecerían.
Pero algún día lo haré. Os lo prometo. Algún día.
Algún día.
Algún día.
(Si sobrevivo)     
                                        
               
             
                      Georges Bataille
              

 
                         Jacques Lacan 


domingo, 11 de marzo de 2012

The shape of my heart


Sólo tengo una carta: la tesis. No es para ganar dinero ni para obtener respeto.

En el fondo, soy una sierva de las letras, la de la voz callada, ávida de letra negra que sólo se imprime en el interior.

Vivo el arte como expiación, y la expiación no es un verbo plano e insensible; he estado incapacitada para leer, escribir y sus derivados.
Sintomatología:
-Dolor de oído izquierdo en la madrugada.
-Dolor zona izquierda de mandíbula.
-Adormecimiento y dolor agudo en la parte facial izquierda, incluido el ojo que parece que se va a hundir.

Mañana: biblioteca, hasta que el cuerpo aguante.

Me falta terminar de leer una novela que es una maravilla, y por lo mismo difícil de leer pues, no puedo abordarla como sujeto-objeto de estudio sin detenerme en ella; releer otra para cerrar el penúltimo capítulo; leer varios libros de teoría que ya tengo sobre el escritorio para apoyar el último apartado; buscar material para analizar y concluir ese último. Armar la antología; hacer un anexo de imágenes que son sustanciales.

He dado de alta en el sistema más bibliografía que aún no ordeno.

Me queda mes y medio: lo que resta de marzo y todo abril será para terminar la tesis que deberé entregar terminada en mayo.

Mientras tanto, sí he ordenado unos cuentos que tienen posibilidad de publicarse, o al menos es el mensaje que he recibido; si es así, qué bien, si no, no pasa nada, tengo otros materiales no ficticios que me gustaría publicar antes.

En este momento inicia de nuevo el pinchazo en una de las articulaciones de mi quijada.
Me retiro.

Sólo él conoce la forma de mi corazón.



miércoles, 7 de marzo de 2012

Ojo de pez

No exagero si digo que los atardeceres más calmos y hermosos los he visto desde mi universidad en Madrid. Porque el cielo de Madrid es horizontal. Como si de un objetivo de 'ojo de pez' se tratara, los colores se extienden donde el único par de ojos que poseemos no alcanzan. ¿Será que comienzo -repito- a sentir nostalgia? Creo que ya estoy en proceso de despedirme de mi amada universidad. Un ciclo de vida va terminando: ya no seré más pupila de nadie. ¿Hay que madurar, definitivamente? Tal vez. Lo único cierto es que dentro de muy poco la universidad y ese mi mundo va a ser un pasado que tal vez se borre.



sábado, 3 de marzo de 2012

Kalman me kalma




Maira Kalman


Es verdad que no he escrito en varios días.
Después de ver a mi tutora me llegó un down terrible al enterarme de que debo entregar en mayo y no en marzo como -en el fondo- me había construido la idea. Por un viaje a Roma no podrá atenderme, y tal vez no podremos vernos dentro de quince días como lo había anotado en su agenda; si su compromiso se confirma, nos veremos hasta dentro de bastante tiempo.
Mayo, mayo, mayo = dentro de dos meses o tal vez más.
Entregaré la tesis terminada en mayo para defenderla en septiembre "o en octubre, que es cuando comienza el ciclo escolar", ha dicho mi tutora... No me gustan los puntos suspensivos, pero así me siento: envuelta en un suspenso que durará hasta mayo.
Como decía, después de reunirme con mi tutora, llegué a casa y dormí toda la tarde, la noche entera y parte de la mañana, cosa extraña en mi. Aún hoy que escribo esto me siento extremadamente cansada. No he hecho nada desde ese día, miércoles; ya es domingo y solo he leído algunas cosas sobre el tema que falta desarrollar.
Ah, otra cosa: el segundo apartado de la tesis se reduce a 9 apartados o capítulos. Trataré de terminar el último tramo la semana entrante y el resto del tiempo me dedicaré a reescribir capítulos, corregir notas a pie de página, ordenar bibliografía, revisar y, si es necesario, reescribir la introducción, las conclusiones, igual, armar la antología que tengo pensado incluir en mi tesis y lo que surja.
Pero no todo es negro. Tengo la fortuna de admirar la obra de una ilustradora recién descubierta, que escribe en el New York Times, y que es muy simpática, entre otras cualidades. Con vosotros: Maira Kalman.


Me gusta que ilustra con frescura y sentido común la vida de personajes de la historia de Estados Unidos, objetos y situaciones de la cotidianidad. Hay que revisar a fondo la obra de esta mujer.

                                         
                                            Escribió un blog dedicado a George Washington.
                                                    http://kalman.blogs.nytimes.com/


En verdad, Kalman me kalma.

viernes, 24 de febrero de 2012

El éx tesis

El éxtasis de Santa Teresa de Bernini


Mi tutor está en Roma; se cancela el encuentro que estaba esperando.

Recibí un mensaje que decía que nos veríamos la próxima semana. Le deseé una buena estancia. Me dio las gracias.

"¿Quieres algo especial de aquí?", me respondió en un mensaje de vuelta. Sí, -escribí- una bendición. Para llegar a la meta.

En estos momentos, estoy al límite, pero comienzo a sentir una gran nostalgia.

La despedida está ahí, agazapada, preparada, vestida de luces, y un saquito de confeti en la mano para vitorear al adiós.

Y yo, en éxtasis.

martes, 21 de febrero de 2012

Menos es más

Hoy tuve que poner mi ordenador portátil sobre una pila de libros para no estar tan encorvada al escribir. Comencé el apartado número 7. Ya tengo trabajado el 8, lo presentaré el viernes, junto con lo que alcance a redactar del 7. Ya sólo falta trabajar el 9 y el 10. ¿Lo lograré? Me he hecho medio a la idea de que no inscribiré la tesis en marzo... ¿Y si consigo terminar a principios de marzo? Uf, nada me gustaría más, sería un regalazo de cumpleaños. Tal vez deba cerrar, como sea, este trabajo. Cada vez más me produce urticaria celular. Más bien es como una relación odio-amor, sí, qué lugar común, pero así es, me he vuelto una persona común con este estilo de vida. Nada tan bueno para sosegar el ego. Oh, yeah.

domingo, 19 de febrero de 2012

Un poco más, y a lo mejor...

Hoy seguí añadiendo información y puliendo el apartado 6. Es un trabajo de orfebrería, lento, minucioso. Hay que cuidar en extremo el lenguaje, dejar corregidas al máximo las notas a pie de página. Espero que mi bagaje de palabras sea lo bastante extenso como para seguir trabajando el mismo tema durante más de sesenta páginas. Es primordial estar tranquilo, tomarse el tiempo necesario para desarrollar, por ejemplo, cuatro renglones. Claro, con todo lo anterior, siento que avanzo poco. Paciencia.

Aún no me sumerjo por completo en el siguiente apartado, sólo he comenzado la lectura de un libro de ensayo que nunca imaginé leer; he ahí las bondades de un doctorado, la posibilidad al alcance de leer obras que, de no ser por la investigación, nunca hubiera tenido entre mis manos. Podrían decir, 'come on, no es para tanto', pero sí lo es, al menos para mí; en tiempos pasados sólo había oído nombrar ciertos títulos a través de catedráticos que, estoy segura, daban por hecho que nunca los leería. Una preciosidad esto del doctorado. Estoy profundamente agradecida.



sábado, 18 de febrero de 2012

Va i ven

Son las 10:05 de la noche de un sábado extraño. Extraño porque no avancé mucho, y porque la sensación que priva es de apremio y calma. ¿Y eso? Pues resulta que hacia las 7 pm me sentía feliz como una lombriz, creyendo que ya tenía corregido el apartado 6, y no era así; en este momento preciso me doy cuenta de que faltan muchas cosas por agregar, textos que leer; algunos provienen de libros que no tengo a la mano y que habrá que ir a recolectarlos a la facultad. Así las cosas, y puesto que pensaba concluir en marzo, no me atormentaré más y finalizaré en septiembre. Aunque... si hay un poco de suerte, tal vez entregue en marzo. Aunque lo veo muy difícil, sobre todo por lo de las lecturas, no puedo redactar un apartado sin lectura previa de teoría para aplicar al análisis de los textos que... aún no leo. Y así estoy de la euforia al desánimo disfrazado de tranquilidad. ¿Qué me depara el futuro? El lugar común dice que uno es el constructor de su futuro, pero yo digo que no, que ni siquiera soy dueña de mí en este momento. Los ojos y la espalda son los que mandan. En este momento me dicen que ya estuvo bien, que quieren descansar; me tienen amenazada con vomitar. Quería contároslo. Buenas noches.

viernes, 17 de febrero de 2012

Decisión

Lo tengo decidido: inscribiré la tesis en junio y defenderé en septiembre. Me he dado cuenta de que si quisiera hacer la defensa en junio, tendría que inscribirla a principios de marzo, y eso es casi imposible, aún me faltan tres capítulos completos, aunque tenga anotaciones en cada uno.
Mi deseo más profundo es entregar un trabajo impecable, así es que me daré mi tiempo; lo haré con tranquilidad pero sin pausa e inscribiré en junio.
Así sea. Qué alivio.

jueves, 16 de febrero de 2012

Sin bajar la guardia

No veré a mi tutor esta semana. Debo incorporar un anexo al apartado 6 y no lograré terminar hoy, vamos, que ni siquiera he terminado de corregir ese capítulo 6 para así poder comenzar a preparar ese anexo necesario para concluir este tema que me ha costado tanto.
Después de relajarme y escribir más holgadamente la tercera parte del capítulo en cuestión, vino la corrección por parte del tutor. Había comentado en otros posts que me angustiaba el hecho de casi no recibir correcciones, pero ahora sí que el tutor me señaló que había que redactar mejor la entrada. Así es que, lección recibida: nunca aflojar el paso, sostener la tensión, la fuerza narrativa, el lenguaje docto, teórico, siempre, hasta el final.
Me río sola en casa, pues al ver tan cerca la meta, me inunda una especie de prisa, de apuro, me ofusco, como si estuviera subida en un carrusel que va a mil por hora. ¿Qué más? No sé qué más decir. Creo que a pesar de todas mis recriminaciones, llamadas de atención, insatisfacciones, lo estoy haciendo bien. Ya se verá en la defensa. Aspiro al cum laude, claro, pero si no me lo dan, me daré por bien servida. Ya ha sido bastante honor que me admitieran en el doctorado sin estar licenciada en lo que se supone debía estar.
En cuanto a aspirar al cum laude, no lo hago por chocante, sino porque he visto que algunos trabajos no han  estado tan bien y les han otorgado la máxima calificación. No lo sé, no lo sé. Tan sólo de pensar en ello me pongo nerviosa. Temo no estar a la altura, entregar algo mal hecho. Me encomiendo al corrector que seguramente contrataré para ofrendar un trabajo lo más impecable posible. Me esmeraré en los acabados. Y si no publican mi tesis en la biblioteca virtual de mi universidad, y sin embargo la llevan al depósito (cementerio) de tesis, tampoco me sentiré mal. Faltaba más. Eso sí, me armaré de valor para buscar su publicación en papel, o cuando menos intentaré ofrecer una antología a las editoriales que corresponda.
Sí, ha lugar la frase: ¡Ya falta menos!



lunes, 13 de febrero de 2012

Piernas de atole


Estoy cada vez más cerca del final de la tesis. Tengo una sensación parecida a los sueños en los que quiere uno correr y no avanza, quiere gritar y la voz no sale, o cuando te persiguen y no logras cerrar la puerta a tiempo para ponerte a salvo.
Estoy a tres capítulos para terminar el trabajo, increíble, creí que iba a ser más larga. Cada día que pasa me dan ganas de estar ya en otra cosa, pero la tesis..., ahí está esperando, sin compasión o al menos es como yo la pre-siento. En este momento trato de cerrar el capítulo de Muerte por amor y continuar con la Muerte y el erotismo o Erotismo perverso, me siento como el maratón de Harumi Murakami en el que ya no sentía su cuerpo y reafirmaba la idea de que nunca más desearía volver a correr uno igual. 
Tuve encuentro con mi tutora. Tengo la sensación de que me exige más. Apenas y puedo creer que no pueda terminar este capítulo sexto. Tengo que agregar cosas, pulir el capítulo. No me había sucedido en los apartados anteriores. Me siento inquieta. Tengo ocho libros sobre la mesa para terminar la introducción y cerrar de modo magnánimo. A ver qué pasa esta semana.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Avanzando

Hoy avancé un tramo más de la tesis. No fue mucho, diez páginas que me costaron; los ojos me duelen, la vista, agotada. 
Mi vida social y familiar está aparcada. Aunque no trabajo fuera de casa, me encargo de las cosas del cuidado de la familia y de ayudar a mi marido de vez en vez.
Esta semana se me ha caído mucho cabello, no he dormido bien; sé que es la presión por concluir este proyecto, el esfuerzo por comprender las lecturas que cada día cambian y aplicar la teoría a los textos. Después de dos meses de no redactar nada, fue un poco difícil remontar. Pero debo relajarme, no exigir lo que no puedo dar; es improbable que uno pueda aportar aquello que no sabe, y así me sucede: muchas veces me mortifico y no puedo dormir de pensar en que lo que hago no es suficiente, en que el lenguaje debe ser teórico, tal y como mandan los estatutos, y cuando me siento a trabajar, todas las dudas desaparecen, y después de una jornada larga aquello se transforma en cansancio físico, aunado a la incertidumbre del futuro pero, ¿quién conoce el futuro? Nadie. 
Me siento fuerte; continuaré sin pausa y sin prisa para defender en el 2012; si lo hago después de esa fecha, creo que mi organismo no lo soportará. A veces me duele mucho el coxis, el cuello, la cabeza; la circulación de las piernas no va bien por estar sentada durante tanto tiempo. Tengo periodos de muy baja concentración que alcanza su cumbre después de un par de horas de estar frente a la pantalla, dando vueltas por los textos, ensayos, investigaciones colgadas en la red, y después, pese al alto grado de ansiedad, comienzo por fin a escribir aquello que ya había investigado y  que aún no había redactado. Pero si me interrumpen o si a medio día tengo un compromiso, no puedo concentrarme, y es un día perdido. 
Acabo de leer un blog con un alto grado de humanidad; nunca me había topado con uno así; el autor, don José Fariña Tojo, documenta a la perfección los sufrimientos de un doctorando. Le estoy muy agradecida por su comprensión, por tratar a los doctorandos no como máquinas, sino como personas que desarrollan su trabajo en completa soledad y sin apoyos, exceptuando el del tutor de la tesis. En cuanto a ese aspecto, he tenido mucha suerte, mi tutor está ahí, pendiente de mi, con total disposición. 
En una parte del post, el catedrático Fariña escribe con lucidez y alegría que la lectura de una tesis doctoral "es la mayor fiesta académica que se puede dar en nuestro sistema de enseñanza" A partir de ahí mi ánimo comenzó a elevarse. José Fariña da una serie de pautas a seguir para tener un viaje digno y nada tormentoso hacia la culminación de la tesis. "Cuando se llega el momento de 'para mañana', hay que
- Dar la lata al director de la tesis, así, "en justa reciprocidad, os pedirá que hagáis cosas concretas con plazos específicos." La conciencia obligará a no dejarlo para mañana, pues mañana hay que entregar los folios que nuestro tutor nos habrá exigido.
- Reservar un tiempo todos los días para la tesis; si no es todos los días, cuando menos los mismos, siempre, y a la misma hora.
-Tener un fragmento de tiempo diario para la tesis, y cuando se consiga, es seguro que la tesis se acaba.
Cuando la rutina llega, enseguida aparece el recuerdo, pues la tesis se habrá concluido, y solo quedará la nostalgia de aquellos días de disciplina.
Escribe:
Todavía añoro, de cuando hice la mía, aquella hora de 7:30 a 8:30 (mi familia se levantaba a las 8:30) sin agobios, leyendo o escribiendo sobre un tema que me gustaba sin necesidad de dar demasiadas explicaciones a nadie de lo que hacía, como una hora de felicidad.
Qué maravilla. Dejo el enlace para que lo leáis completo: