viernes, 24 de febrero de 2012

El éx tesis

El éxtasis de Santa Teresa de Bernini


Mi tutor está en Roma; se cancela el encuentro que estaba esperando.

Recibí un mensaje que decía que nos veríamos la próxima semana. Le deseé una buena estancia. Me dio las gracias.

"¿Quieres algo especial de aquí?", me respondió en un mensaje de vuelta. Sí, -escribí- una bendición. Para llegar a la meta.

En estos momentos, estoy al límite, pero comienzo a sentir una gran nostalgia.

La despedida está ahí, agazapada, preparada, vestida de luces, y un saquito de confeti en la mano para vitorear al adiós.

Y yo, en éxtasis.

martes, 21 de febrero de 2012

Menos es más

Hoy tuve que poner mi ordenador portátil sobre una pila de libros para no estar tan encorvada al escribir. Comencé el apartado número 7. Ya tengo trabajado el 8, lo presentaré el viernes, junto con lo que alcance a redactar del 7. Ya sólo falta trabajar el 9 y el 10. ¿Lo lograré? Me he hecho medio a la idea de que no inscribiré la tesis en marzo... ¿Y si consigo terminar a principios de marzo? Uf, nada me gustaría más, sería un regalazo de cumpleaños. Tal vez deba cerrar, como sea, este trabajo. Cada vez más me produce urticaria celular. Más bien es como una relación odio-amor, sí, qué lugar común, pero así es, me he vuelto una persona común con este estilo de vida. Nada tan bueno para sosegar el ego. Oh, yeah.

domingo, 19 de febrero de 2012

Un poco más, y a lo mejor...

Hoy seguí añadiendo información y puliendo el apartado 6. Es un trabajo de orfebrería, lento, minucioso. Hay que cuidar en extremo el lenguaje, dejar corregidas al máximo las notas a pie de página. Espero que mi bagaje de palabras sea lo bastante extenso como para seguir trabajando el mismo tema durante más de sesenta páginas. Es primordial estar tranquilo, tomarse el tiempo necesario para desarrollar, por ejemplo, cuatro renglones. Claro, con todo lo anterior, siento que avanzo poco. Paciencia.

Aún no me sumerjo por completo en el siguiente apartado, sólo he comenzado la lectura de un libro de ensayo que nunca imaginé leer; he ahí las bondades de un doctorado, la posibilidad al alcance de leer obras que, de no ser por la investigación, nunca hubiera tenido entre mis manos. Podrían decir, 'come on, no es para tanto', pero sí lo es, al menos para mí; en tiempos pasados sólo había oído nombrar ciertos títulos a través de catedráticos que, estoy segura, daban por hecho que nunca los leería. Una preciosidad esto del doctorado. Estoy profundamente agradecida.



sábado, 18 de febrero de 2012

Va i ven

Son las 10:05 de la noche de un sábado extraño. Extraño porque no avancé mucho, y porque la sensación que priva es de apremio y calma. ¿Y eso? Pues resulta que hacia las 7 pm me sentía feliz como una lombriz, creyendo que ya tenía corregido el apartado 6, y no era así; en este momento preciso me doy cuenta de que faltan muchas cosas por agregar, textos que leer; algunos provienen de libros que no tengo a la mano y que habrá que ir a recolectarlos a la facultad. Así las cosas, y puesto que pensaba concluir en marzo, no me atormentaré más y finalizaré en septiembre. Aunque... si hay un poco de suerte, tal vez entregue en marzo. Aunque lo veo muy difícil, sobre todo por lo de las lecturas, no puedo redactar un apartado sin lectura previa de teoría para aplicar al análisis de los textos que... aún no leo. Y así estoy de la euforia al desánimo disfrazado de tranquilidad. ¿Qué me depara el futuro? El lugar común dice que uno es el constructor de su futuro, pero yo digo que no, que ni siquiera soy dueña de mí en este momento. Los ojos y la espalda son los que mandan. En este momento me dicen que ya estuvo bien, que quieren descansar; me tienen amenazada con vomitar. Quería contároslo. Buenas noches.

viernes, 17 de febrero de 2012

Decisión

Lo tengo decidido: inscribiré la tesis en junio y defenderé en septiembre. Me he dado cuenta de que si quisiera hacer la defensa en junio, tendría que inscribirla a principios de marzo, y eso es casi imposible, aún me faltan tres capítulos completos, aunque tenga anotaciones en cada uno.
Mi deseo más profundo es entregar un trabajo impecable, así es que me daré mi tiempo; lo haré con tranquilidad pero sin pausa e inscribiré en junio.
Así sea. Qué alivio.

jueves, 16 de febrero de 2012

Sin bajar la guardia

No veré a mi tutor esta semana. Debo incorporar un anexo al apartado 6 y no lograré terminar hoy, vamos, que ni siquiera he terminado de corregir ese capítulo 6 para así poder comenzar a preparar ese anexo necesario para concluir este tema que me ha costado tanto.
Después de relajarme y escribir más holgadamente la tercera parte del capítulo en cuestión, vino la corrección por parte del tutor. Había comentado en otros posts que me angustiaba el hecho de casi no recibir correcciones, pero ahora sí que el tutor me señaló que había que redactar mejor la entrada. Así es que, lección recibida: nunca aflojar el paso, sostener la tensión, la fuerza narrativa, el lenguaje docto, teórico, siempre, hasta el final.
Me río sola en casa, pues al ver tan cerca la meta, me inunda una especie de prisa, de apuro, me ofusco, como si estuviera subida en un carrusel que va a mil por hora. ¿Qué más? No sé qué más decir. Creo que a pesar de todas mis recriminaciones, llamadas de atención, insatisfacciones, lo estoy haciendo bien. Ya se verá en la defensa. Aspiro al cum laude, claro, pero si no me lo dan, me daré por bien servida. Ya ha sido bastante honor que me admitieran en el doctorado sin estar licenciada en lo que se supone debía estar.
En cuanto a aspirar al cum laude, no lo hago por chocante, sino porque he visto que algunos trabajos no han  estado tan bien y les han otorgado la máxima calificación. No lo sé, no lo sé. Tan sólo de pensar en ello me pongo nerviosa. Temo no estar a la altura, entregar algo mal hecho. Me encomiendo al corrector que seguramente contrataré para ofrendar un trabajo lo más impecable posible. Me esmeraré en los acabados. Y si no publican mi tesis en la biblioteca virtual de mi universidad, y sin embargo la llevan al depósito (cementerio) de tesis, tampoco me sentiré mal. Faltaba más. Eso sí, me armaré de valor para buscar su publicación en papel, o cuando menos intentaré ofrecer una antología a las editoriales que corresponda.
Sí, ha lugar la frase: ¡Ya falta menos!



lunes, 13 de febrero de 2012

Piernas de atole


Estoy cada vez más cerca del final de la tesis. Tengo una sensación parecida a los sueños en los que quiere uno correr y no avanza, quiere gritar y la voz no sale, o cuando te persiguen y no logras cerrar la puerta a tiempo para ponerte a salvo.
Estoy a tres capítulos para terminar el trabajo, increíble, creí que iba a ser más larga. Cada día que pasa me dan ganas de estar ya en otra cosa, pero la tesis..., ahí está esperando, sin compasión o al menos es como yo la pre-siento. En este momento trato de cerrar el capítulo de Muerte por amor y continuar con la Muerte y el erotismo o Erotismo perverso, me siento como el maratón de Harumi Murakami en el que ya no sentía su cuerpo y reafirmaba la idea de que nunca más desearía volver a correr uno igual. 
Tuve encuentro con mi tutora. Tengo la sensación de que me exige más. Apenas y puedo creer que no pueda terminar este capítulo sexto. Tengo que agregar cosas, pulir el capítulo. No me había sucedido en los apartados anteriores. Me siento inquieta. Tengo ocho libros sobre la mesa para terminar la introducción y cerrar de modo magnánimo. A ver qué pasa esta semana.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Avanzando

Hoy avancé un tramo más de la tesis. No fue mucho, diez páginas que me costaron; los ojos me duelen, la vista, agotada. 
Mi vida social y familiar está aparcada. Aunque no trabajo fuera de casa, me encargo de las cosas del cuidado de la familia y de ayudar a mi marido de vez en vez.
Esta semana se me ha caído mucho cabello, no he dormido bien; sé que es la presión por concluir este proyecto, el esfuerzo por comprender las lecturas que cada día cambian y aplicar la teoría a los textos. Después de dos meses de no redactar nada, fue un poco difícil remontar. Pero debo relajarme, no exigir lo que no puedo dar; es improbable que uno pueda aportar aquello que no sabe, y así me sucede: muchas veces me mortifico y no puedo dormir de pensar en que lo que hago no es suficiente, en que el lenguaje debe ser teórico, tal y como mandan los estatutos, y cuando me siento a trabajar, todas las dudas desaparecen, y después de una jornada larga aquello se transforma en cansancio físico, aunado a la incertidumbre del futuro pero, ¿quién conoce el futuro? Nadie. 
Me siento fuerte; continuaré sin pausa y sin prisa para defender en el 2012; si lo hago después de esa fecha, creo que mi organismo no lo soportará. A veces me duele mucho el coxis, el cuello, la cabeza; la circulación de las piernas no va bien por estar sentada durante tanto tiempo. Tengo periodos de muy baja concentración que alcanza su cumbre después de un par de horas de estar frente a la pantalla, dando vueltas por los textos, ensayos, investigaciones colgadas en la red, y después, pese al alto grado de ansiedad, comienzo por fin a escribir aquello que ya había investigado y  que aún no había redactado. Pero si me interrumpen o si a medio día tengo un compromiso, no puedo concentrarme, y es un día perdido. 
Acabo de leer un blog con un alto grado de humanidad; nunca me había topado con uno así; el autor, don José Fariña Tojo, documenta a la perfección los sufrimientos de un doctorando. Le estoy muy agradecida por su comprensión, por tratar a los doctorandos no como máquinas, sino como personas que desarrollan su trabajo en completa soledad y sin apoyos, exceptuando el del tutor de la tesis. En cuanto a ese aspecto, he tenido mucha suerte, mi tutor está ahí, pendiente de mi, con total disposición. 
En una parte del post, el catedrático Fariña escribe con lucidez y alegría que la lectura de una tesis doctoral "es la mayor fiesta académica que se puede dar en nuestro sistema de enseñanza" A partir de ahí mi ánimo comenzó a elevarse. José Fariña da una serie de pautas a seguir para tener un viaje digno y nada tormentoso hacia la culminación de la tesis. "Cuando se llega el momento de 'para mañana', hay que
- Dar la lata al director de la tesis, así, "en justa reciprocidad, os pedirá que hagáis cosas concretas con plazos específicos." La conciencia obligará a no dejarlo para mañana, pues mañana hay que entregar los folios que nuestro tutor nos habrá exigido.
- Reservar un tiempo todos los días para la tesis; si no es todos los días, cuando menos los mismos, siempre, y a la misma hora.
-Tener un fragmento de tiempo diario para la tesis, y cuando se consiga, es seguro que la tesis se acaba.
Cuando la rutina llega, enseguida aparece el recuerdo, pues la tesis se habrá concluido, y solo quedará la nostalgia de aquellos días de disciplina.
Escribe:
Todavía añoro, de cuando hice la mía, aquella hora de 7:30 a 8:30 (mi familia se levantaba a las 8:30) sin agobios, leyendo o escribiendo sobre un tema que me gustaba sin necesidad de dar demasiadas explicaciones a nadie de lo que hacía, como una hora de felicidad.
Qué maravilla. Dejo el enlace para que lo leáis completo: