jueves, 23 de junio de 2011

Cita fallida


Lugar de trabajo



Paisaje urbano desde mi silla


Ayer fui a ver a mi tutor para entregar y comentar mi segundo capítulo.
No había nadie en su cubículo. Puerta cerrada. Pasillo desierto.
Encontré a otros profesores que me dijeron que mi tutor estaba de viaje.
Le llamé al móvil. Dejé mensaje de voz.
Quince minutos después me respondió con un mensaje diciéndome que ya estaba en los Estados Unidos.
Al principio me dije 'no por favor, otra vez, no', pues en otros años me había dejado plantada varias veces. Ya no quería lidiar con esa situación de nuevo.
Sentí confusión, rabia y resignación.
Nada.
Le respondí que disfrutara, que descansara. La verdad es que se lo merece. Hemos tenido reuniones ininterrumpidas de su parte, y yo no podía sentirme tan mal, pues él había cumplido cabalmente con nuestras citas.
Pasados esos momentos, ahora me siento bien.
Estoy leyendo la bibliografía que saqué de la biblioteca para redactar el tercer capítulo, y que sea lo que tenga que ser, valga la redundancia.
Me siento un poco cansada física y moralmente de estas dos semanas que han sido de leer, redactar, medio dormir y levantarme temprano.
Creo que la cuestión es que debo relajarme.

Por otro lado, he disfrutado lo que leo -no tanto lo que escribo-, lo que veo (películas, arte) y lo que escucho; son cosas que nutren mi ser interno, que me inyectan vida.

Voy a dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario