sábado, 3 de marzo de 2012

Kalman me kalma




Maira Kalman


Es verdad que no he escrito en varios días.
Después de ver a mi tutora me llegó un down terrible al enterarme de que debo entregar en mayo y no en marzo como -en el fondo- me había construido la idea. Por un viaje a Roma no podrá atenderme, y tal vez no podremos vernos dentro de quince días como lo había anotado en su agenda; si su compromiso se confirma, nos veremos hasta dentro de bastante tiempo.
Mayo, mayo, mayo = dentro de dos meses o tal vez más.
Entregaré la tesis terminada en mayo para defenderla en septiembre "o en octubre, que es cuando comienza el ciclo escolar", ha dicho mi tutora... No me gustan los puntos suspensivos, pero así me siento: envuelta en un suspenso que durará hasta mayo.
Como decía, después de reunirme con mi tutora, llegué a casa y dormí toda la tarde, la noche entera y parte de la mañana, cosa extraña en mi. Aún hoy que escribo esto me siento extremadamente cansada. No he hecho nada desde ese día, miércoles; ya es domingo y solo he leído algunas cosas sobre el tema que falta desarrollar.
Ah, otra cosa: el segundo apartado de la tesis se reduce a 9 apartados o capítulos. Trataré de terminar el último tramo la semana entrante y el resto del tiempo me dedicaré a reescribir capítulos, corregir notas a pie de página, ordenar bibliografía, revisar y, si es necesario, reescribir la introducción, las conclusiones, igual, armar la antología que tengo pensado incluir en mi tesis y lo que surja.
Pero no todo es negro. Tengo la fortuna de admirar la obra de una ilustradora recién descubierta, que escribe en el New York Times, y que es muy simpática, entre otras cualidades. Con vosotros: Maira Kalman.


Me gusta que ilustra con frescura y sentido común la vida de personajes de la historia de Estados Unidos, objetos y situaciones de la cotidianidad. Hay que revisar a fondo la obra de esta mujer.

                                         
                                            Escribió un blog dedicado a George Washington.
                                                    http://kalman.blogs.nytimes.com/


En verdad, Kalman me kalma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario