domingo, 11 de marzo de 2012

The shape of my heart


Sólo tengo una carta: la tesis. No es para ganar dinero ni para obtener respeto.

En el fondo, soy una sierva de las letras, la de la voz callada, ávida de letra negra que sólo se imprime en el interior.

Vivo el arte como expiación, y la expiación no es un verbo plano e insensible; he estado incapacitada para leer, escribir y sus derivados.
Sintomatología:
-Dolor de oído izquierdo en la madrugada.
-Dolor zona izquierda de mandíbula.
-Adormecimiento y dolor agudo en la parte facial izquierda, incluido el ojo que parece que se va a hundir.

Mañana: biblioteca, hasta que el cuerpo aguante.

Me falta terminar de leer una novela que es una maravilla, y por lo mismo difícil de leer pues, no puedo abordarla como sujeto-objeto de estudio sin detenerme en ella; releer otra para cerrar el penúltimo capítulo; leer varios libros de teoría que ya tengo sobre el escritorio para apoyar el último apartado; buscar material para analizar y concluir ese último. Armar la antología; hacer un anexo de imágenes que son sustanciales.

He dado de alta en el sistema más bibliografía que aún no ordeno.

Me queda mes y medio: lo que resta de marzo y todo abril será para terminar la tesis que deberé entregar terminada en mayo.

Mientras tanto, sí he ordenado unos cuentos que tienen posibilidad de publicarse, o al menos es el mensaje que he recibido; si es así, qué bien, si no, no pasa nada, tengo otros materiales no ficticios que me gustaría publicar antes.

En este momento inicia de nuevo el pinchazo en una de las articulaciones de mi quijada.
Me retiro.

Sólo él conoce la forma de mi corazón.



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